Enfermedad de Chagas
La enfermedad de Chagas, también llamada tripanosomiasis americana, es una enfermedad potencialmente mortal causada por el parásito protozoo Trypanosoma cruzi que transmite un insecto conocido como insecto triatómico.
También se conocen como vinchucas (o en ciertas zonas como "chinche gaucha", "chinche besucona", "chupadora", "voladora", "barbeiros" o "chipos") porque a menudo muerden la cara de las personas. Cuando uno de estos insectos pica, deja excrementos infectados. Y la persona puede infectarse si se rasca en los ojos o la nariz, la herida de la picadura o un corte.
La enfermedad de Chagas es una enfermedad inflamatoria e infecciosa, que se encuentra en las heces de los insectos triatominos. Si no se trata, la enfermedad de Chagas puede causar problemas cardíacos y digestivos graves.
No existen vacunas o medicamentos para prevenir la enfermedad de Chagas. Si viaja a zonas afectadas, usted está en mayor riesgo si duerme al aire libre o en viviendas en mala condición. Es importante usar insecticidas para prevenir las picaduras, y la práctica de la seguridad con los alimentos.
También se puede transmitir:
Por consumo de alimentos contaminados por T. cruzi; por ejemplo, por contacto con heces u orina de triatominos o marsupiales.
Por la transfusión de sangre infectada.
Por la transmisión de la madre infectada a su hijo durante el embarazo o el parto.
Por el trasplante de órganos provenientes de una persona infectada; y por accidentes de laboratorio.
No debe rascarse o frotarse la zona de la picadura ayuda a los parásitos a ingresar al cuerpo.
La miocardiopatía chagásica es un tipo de miocardiopatía o inflamación del músculo cardíaco causada como consecuencia de una infección por el parásito Trypanosoma cruzi .
Es una enfermedad parasitaria común en Latinoamérica. También se encuentra en los Estados Unidos.
Síntomas
Entre las personas que manifiestan la enfermedad de Chagas, los problemas más frecuentes son:
Problemas de corazón y problemas del aparato digestivo
Latidos del corazón irregulares
Insuficiencia cardíaca congestiva
Paro cardíaco repentino
Dificultad para tragar debido al agrandamiento del esófago
Dolor abdominal o estreñimiento debido al agrandamiento del colon
Si hay afectación del corazón o del aparato digestivo, los síntomas más frecuentes son:
- Mareo
- Desmayos
- Palpitaciones
- Dolor en el pecho
- Estreñimiento
- Dificultad para tragar.
- Fiebre
- Fatiga
- Dolor de cuerpo
- Dolor de cabeza
- Pérdida de apetito
- Diarrea
- Vómitos
- Sarpullido
- Párpado hinchado
La enfermedad de Chagas tiene dos fases claramente diferenciadas. Inicialmente, la fase aguda dura unos dos meses después de contraerse la infección. Durante esta fase aguda circulan por el torrente sanguíneo una gran cantidad de parásitos. En la mayoría de los casos no hay síntomas o estos son leves y no específicos. En menos del 50% de las personas picadas por un triatomíneo, un signo inicial característico puede ser una lesión cutánea o una hinchazón amoratada de un párpado. Además, pueden presentar fiebre, dolor de cabeza, agrandamiento de ganglios linfáticos, palidez, dolores musculares, dificultad para respirar, hinchazón y dolor abdominal o torácico.
Durante la fase crónica, los parásitos permanecen ocultos principalmente en el músculo cardiaco y digestivo. Hasta un 30% de los pacientes sufren trastornos cardiacos y hasta un 10% presentan alteraciones digestivas (típicamente, agrandamiento del esófago o del colon), neurológicas o mixtas. Con el paso de los años, la infección puede causar muerte súbita por arritmias cardiacas o insuficiencia cardiaca progresiva por destrucción del músculo cardiaco y sus inervaciones.
Inicialmente, la enfermedad de Chagas estaba confinada a la Región de las Américas, principalmente en América Latina, pero se ha propagado a otros continentes desde entonces.
La infección por Trypanosoma cruzi se puede curar si el tratamiento se administra al poco tiempo de producirse la infección.
En la fase crónica de la enfermedad, un tratamiento antiparasitario puede frenar o prevenir la progresión de la enfermedad.
Hasta un 30% de los enfermos crónicos presentan alteraciones cardiacas y hasta un 10% padecen alteraciones digestivas, neurológicas o combinadas. Todas estas manifestaciones pueden requerir un tratamiento específico.
El control vectorial es el método más útil para prevenir la enfermedad de Chagas.
El cribado de la sangre es decisivo para prevenir la infección mediante las transfusiones sanguíneas y el trasplante de órganos.
Es esencial el cribado de los recién nacidos y demás hijos de mujeres infectadas que no hayan recibido antes tratamiento antiparasitario.
Tratamiento
La enfermedad de Chagas puede tratarse con benznidazol, y también con nifurtimox, que matan al parásito. Ambos medicamentos son eficaces casi al 100% para curar la enfermedad si se administran al comienzo de la infección en la etapa aguda, incluso en los casos de transmisión congénita. Sin embargo, su eficacia disminuye a medida que transcurre más tiempo desde el inicio de la infección.
El tratamiento con estos medicamentos también está indicado en caso de reactivación de la infección (por ejemplo, por inmunodepresión) y en los pacientes al principio de la fase crónica. Se debe ofrecer tratamiento a los adultos infectados, especialmente a los que no presentan síntomas, dado que el tratamiento antiparasitario puede evitar o frenar la progresión de la enfermedad y prevenir la transmisión congénita en las embarazadas. En otros casos, los posibles beneficios de la medicación para prevenir o retrasar el avance de la enfermedad de Chagas deben sopesarse contra la duración prolongada del tratamiento (hasta dos meses) y las posibles reacciones adversas (que se presentan hasta en un 40% de los pacientes tratados).
El benznidazol y el nifurtimox no deben administrarse a las embarazadas ni a las personas con insuficiencia renal o hepática. El nifurtimox también está contraindicado en personas con antecedentes de enfermedades del sistema nervioso neurológicas o trastornos psiquiátricos. Además, puede ser necesario administrar un tratamiento específico para las manifestaciones cardiacas o digestivas.