En muchos casos constituye una opción curativa para enfermedades hematológicas y autoinmunes. Consiste en el proceder mediante el cual se infunden los progenitores hematopoyéticos obtenidos fundamentalmente de la médula ósea o la sangre periférica (aunque también se ha empleado el cordón umbilical y el hígado fetal), a un paciente que ha recibido previamente una terapéutica específica (tratamiento acondicionante), con el propósito de que pueda recibir el injerto. Dicho proceder puede ser de tipo autólogo, cuando los progenitores hematopoyéticos que se infunden provienen del propio paciente, en los cuales es necesario administrar altas dosis de quimioterapia y radioterapia en el contexto del tratamiento de consolidación de enfermedades neoplásicas, como los linfomas, mielomas y leucemias agudas; aunque también se realiza en enfermedades autoinmunes y otros tumores oncológicos. También puede ser de tipo alogénico, cuando los progenitores hematopoyéticos provienen de un donante (familiares o no), en estos casos el objetivo es sustituir una médula ósea afectada por enfermedades neoplásicas como son las leucemias agudas, o por otras entidades no neoplásicas (aplasias medulares, inmunodeficiencias, hemoglobinopatías, etc.).
Se incorpora al programa individualizado según las necesidades del paciente:
Expertos: Equipo de Trasplante de Medula Ósea, liderado por:
Dr. Calixto Hernández Cruz. Jefe del Servicio y profesor de Hematología. 16 Años de experiencia. 200 Casos trasplantados con excelentes resultados. 30 Publicaciones en revistas nacionales e internacionales.
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